leonor olmos
Anoto aquí las cosas que hago.
1.10.2024
8.19.2023
;p0ema por Editorial Aparte.
Editorial Aparte ha publicado en Chile, el libro ;p0ema. Gracias a la Editorial, a Camila Albertazzo quien escribió un texto muy bello para la contratapa y a Cristóbal Correa por el diseño de la tapa y su interior.
Muchas gracias.
8.20.2022
Yendo de la cama al living Brevísima Antología Arbitraria República Dominicana-Chile Poetas nacidos en los 80´s.
Gladys Mendía me invitó a participar en esta antología descargable, estoy muy agradecida, por acá dejo el link.
5.24.2022
En imagen y palabra.
Naomi Orellana (@amiganao) me invitó a su podcast, y obvio, acepté porque es un proyecto hermoso. Dejo el registro aquí.
5.01.2022
En Vallejo & Cía. por Ashle Ozuljevic Subaique.
Ashle (poeta y ensayista) escribió sobre ;p0ema en Vallejo & Cía, a ese librito le guardo mucho cariño, mis agradecimientos a Ashle por escribir sobre él.
NATURALEZA VIVA. SOBRE ;P0EMA (2018),
DE LEONOR OLMOS**
Abro ;p0ema en el asiento de la ventana de un bus entre Strasbourg y Reims. Hace frío o lo que pasa es que ayer chupé una hora de lluvia para después caminar de noche por el borde del río Ill, mirar el edificio del Parlamento Europeo y volver defraudada. Hace frío porque ha amanecido hace poco y es invierno, o quizá porque existe la sincronicidad de la poesía, y he decidido terminar el año con el primer libro de Leonor Olmos, que se abre así, gélido, incómodo, adhoc a este momento:
2 poemas o 2 muertos de hambre o 2 muertos de
amor / o una sed interminable o los segundos nos
suceden / o camino descalza por el hielo / o el cielo
se agusana, o la sangre como estructura como tejido
se rompe para no volver /
Desde el primer párrafo estos poemas en prosa nos empuja a preguntarnos qué es un poema, estableciendo una comparación con una secuencia de elementos que se asemejan por la carga que enuncian, y que continúan así: “la circulación se corta por el hilo + delgado/ o el amor se corta por el hilo + delgado (…)”; El gesto, a mi parecer ascendente, se mantendrá, aumentando la intensidad de las imágenes, con pequeños movimientos que me generan el tipo de placer que relaciono con el descubrimiento de un espacio nuevo, diferente -y como tal, al que no estoy acostumbrada y me pone alerta-: “o es asunto de la nieve, de la boca, del poema que se rompe entre los dientes/ este poema que iba por mí/ o este poema a punto de arrastrarme/ o la pupila herida/ o la pupila encendiendo la maleza”.
Decir que se me hizo necesario releer algunos de los pasajes de ;p0ema es decir lo evidente. Me vi rápidamente envuelta en la complejidad semántica, en enunciados que no necesitan echar mano a ninguna escuela de pensamiento ni parafrasear a artistas de la elite cultural, para ir creando escenas poéticas densas, que mezclan la extrañeza visual y la fuerza emocional. Con palabras coloquiales, Olmos nos empapa en un universo en el que la voz se trenza con el poema, un cuerpo que se palpa a sí mismo, una habitación que se me antoja clausurada, en la que alguien enuncia:
la circulación se corta, 2 cuerpos cansados se mecen
/ la vida interrumpe a la vida / o los nudos sobre
mi sangre / o 2 poemas o una sed inter-
minable / o lo ajeno es poema y no vida
Tanto puede ser el pasmo que me provocan ciertos versos, que aprovecho de mirar por la ventana el campo francés, pero en realidad voy pensando, sumida en la inocencia, de dónde surgen las imágenes que estoy leyendo. Escenas dulces mezcladas con versos brutales, la enunciación de la palabra amor a quemarropa, impulso que la poesía actual evita con insistencia; la escritura desde lo carnal como topos, no como objeto o eros; la constante sucesión de imágenes inasibles, feroces:
escoger una opción : enfermedad /
accidente / trastorno / – algo genético, pero
absolutamente controlable, pero absolutamente abyecto
Es magnífico el juego de espejos que no reflejan de manera lógica y que puede desarrollarse con un lenguaje pulido como la punta de un lápiz con el que se puede dejar una nota amorosa y con el que también se puede atravesar un corazón. La superposición de cuadros crea a ratos la idea de hipervínculos: un cuerpo eclipsado por el sol, a medias yaciendo sobre el césped para dar paso a una flor electrónica, a un ojo máquina que mira. Este poemario resultaría psicodélico si no fuese por el peso de las imágenes y por la rotundidad con la que se plantean; resultaría psicodélico si no fuera porque la voz que enuncia encuentra siempre el modo de traerte de vuelta al texto, a leer y releer, a hundirte en él sin escapatorias a otras ensoñaciones:
ya en serio, este poema no acaba antes de ti o de mi
– no acaba y no incluye salida de emergencia / las
hojas rasgan la piel / o rajan la piel / en una escena
dirigida, una toma colapsada por unos dedos
adormecidos : no soy yo lanzándome al vacío, sino
ascendiendo / sino en el momento exacto en que el
cuerpo se divide : se fragmenta : se ilumina
detalladamente : se atomiza detalladamente, ese
nudo sobre el cuello
Las referencias al cuerpo, insisto, son tantas y tan duras, que obligan a que me acomode en la butaca, a que me palpe las nalgas y las muñecas, a que incómodamente me sienta el palpitar de la sangre en el antebrazo: la voz dice “fiebre”, “boca”, “herida”, “ojos”, cuando menos te lo esperas. Como si lograse que bajáramos las defensas para encajarnos otro verso desde la sangre, desde el cuello. Me hace pensar en una mujer que ha aprovechado la postración para ponerle palabras a su padecimiento y terminar, así, descubriendo la similitud con el poema. Y, sin embargo, no es del cuerpo de lo que va este conjunto de textos; no solo de eso, al menos. Sus referencias, lo he dicho, atraviesan amplios espacios. Desde un dios que dicta versos, referencias en lenguaje informático, el delirio, la química, la música, un sistema económico que sistematiza la explotación. A alta velocidad los elementos se permiten caer imprevisibles sobre el objeto mismo que leemos, redundar en él, en un metamensaje poético que, a millas de la academia, pone al lenguaje en la mira, al objeto en el centro, como enroscando las funciones lingüísticas de Jackobson y dejándolas secar al en el desierto, hasta partirlas:
a.- este poema nada puede resolver / – adentro del
poema la muerte se consume / ya, dilo de nuevo, el
porcentaje de pureza mezclado con un poco de sol,
con un poco de hambre : // todo acaba aquí y de
pronto no,
– un nuevo servidor, un poema electrónico, un
mesías – poema bajando desde el cielo – sólo los
elegidos contemplan su propia destrucción – no, en
serio, este poema nada puede resolver /
b.- este poema abandona al mundo / deja el
charquito – llaga / deja la boca adormecida / deja la
nieve sobre la noche : este poema coma dos puntos a
continuación :
b.1.- es romper la boca es romper la boca
es romper la boca con los dientes
b.2.- una pantalla líquida naciendo sobre un
campo soleado
El libro de Leonor Olmos pesa en su brevitud. Lo cierro y descanso tras leer “acabar con el cuerpo es acabar con la materialidad del poema y llevarlo al límite”. De pronto no me parece extraño imaginar una voz poética que es vibración y a la vez cuerpo que retumba y a la vez palabras sobre un papel y a la vez humana que se desangra. No me parece extraño ni reducido a los vanguardismos y al pensamiento nietzscheano la idea de una vida como obra de arte, del cuerpo como poema: “dejar caer la sangre/ romper la sangre y el poema”, dice, “el poema lo sabe y deja el cuerpo” dice, y me transmite le sensación de que no es necesario ser unx poeta malditx para trenzar la carne y los versos. Era Gil de Biedma quien dijo: “yo creía que quería ser poeta, pero en el fondo quería ser poema”, y, si lo miramos de lejos, vivas como estamos, ¿qué tipo de poema se puede ser sino uno con linfa y carne que supure? ¿Qué tipo de poema sino uno que despierte en una mañana despejada y tenga que enfrentarse a un sol radiante, a un vientre en estado de descomposición?
Y sin embargo, no va solo de eso ;p0ema. No sé si es el libro que no se puede quedar quieto, que no puede parar de acelerarse, o es el autobús que ha cogido la autopista ganando velocidad. Los paisajes del campo se mezclan con ;p0ema, y no me parece que pueda haber un mejor sitio para permitirle a los versos corretear, agitarse.
(…) en http: // – en lenguaje entronizado : este poema dice contenernos,
este poema lava la culpa de nuestros padres
– yo, la hija de un sistema neoliberal – / yo,
entre la nieve, masticando el dolor, escupiendo
las cuentas que pagar mes a mes –
/ 2 alternativas :
a) siento mi cuerpo entre la hierba / a veces los
ojos se despiertan en el poema, a veces el poema y
los ojos se encuentran
/ sobre la nada /
b) cansada : de acomodar el poema entre
la carne y dejarla morir / de acomodar el poema entre
las piernas,
y d e j a r l a s m o r i r / de vagar de lengua en
lengua / sin nada que ofrecerte

El espesor de los registros hace que me sienta extranjera en esa lengua, aunque sea la del cuerpo, porque al final, cada cuerpo tiene su lengua y su manera de desenrollarla, solo podemos ser espectadoras de esa fábula. Son tantos los planteamientos que lo único que me alivia es aceptar que me quedaré corta. Que le deberé a este libro una y otra y otra lectura. Que me sentiré tonta ante el avasallamiento que me provoca el ;p0ema de Leonor Olmos. Que me sentiré inexacta y gélida, frente al arrebato de versos que trepidan como una sangre que de tan caliente chisporrotea y salpica la página con signos que se entremezclan y se amalgaman en el texto, gestos que juegan con los poemas.
Por altavoz el chofer indica que estamos llegando a Reims, instando a que bajen quienes no vayan a la próxima estación, París. Me cuesta entender su planteamiento, enredada como estoy entre las palabras de este libro que se dejan entender a cambio de sobrepasarte. Dudo si bajar o continuar a la siguiente parada, 143 kilómetros después y sin nadie esperándome; pero en realidad, lo que me pregunto es qué haría el poema si estuviese aquí, qué decisión tomaría, por qué no habré venido con uno.
Llueve mientras el autobús ingresa en la estación. Nunca se lleva el suficiente abrigo en este país. Una especie de congoja me aprieta la garganta, pero quizá es el frío que azota la víspera de Año nuevo. Abro una última página para decidir si continuar o no el viaje este día; leo:
a veces enfermo, y pido al poema un poco
de sol, un poco de aire : – a veces
/ enfermo
*(Chile). Poeta, ensayista y narradora. Estudió literatura en Santiago de Chile y yoga en Buenos Aires (Argentina). En la actualidad, trasplanta hiedras. Ha publicado en narrativa Vidas robadas (2011) y la novela experimental Anteojos de sal (2013); en ensayo El silencio final: representación y gesto en diario de muerte (2015); y en poesía Tres (2016) y Botánica (2020). Este año se publicarán Cartografía (narrativa) y una reedición ampliada de Tres con ilustraciones de la autora.
3.07.2022
2.01.2022
Fondos.
Fui seleccionada en la convocatoria de Fondos Cultura 2022 del Fondo del Libro y la Lectura, Creación. Pocas veces gano, así que lo escribo en mi blog para recordarlo. Espero dejar por aquí, el resultado de ese proyecto en el futuro.
1.22.2022
12.01.2021
10.25.2021
10.06.2021
Cápsula audiovisual - Luis Alberto Castillo.
Subo una cápsula audiovisual realizada por la editorial Bordelibre Ediciones (específicamente por Camilo Corbeaux), en la cual, se invitó a participar a Luis Alberto Castillo, lo cual es muy entretenido, porque nos conocimos por Pesapalabra, y hemos reído bastante desde entonces.
10.02.2021
9.24.2021
Cápsula audiovisual - Edgar Malebrán.
Subo una cápsula audiovisual realizada por la editorial Bordelibre Ediciones (específicamente por Camilo Corbeaux), en la cual, se invitó a participar a Edgar Malebrán, cantautor de la Región de Coquimbo, a quien le tengo un gran cariño.
Cápsula audiovisual - Vera Buendía.
Subo una cápsula audiovisual realizada por la editorial Bordelibre Ediciones (específicamente por Camilo Corbeaux), en la cual, se invitó a participar a Vera Buendía (Argentina) una poeta y gestora cultural, a la cual le tengo mucho cariño y admiración.
9.01.2021
Nuevo libro.
Hoy me hicieron entrega de mi nuevo libro impreso. La publicación estuvo a cargo de la editorial Bordelibre Ediciones, de la Región de Coquimbo.
El link para adquirirlo es éste:
7.20.2021
2.05.2021
Para P.
¿Recuerdas en qué momento nos conocimos?
Si acudo a mi memoria, las primeras imágenes que aparecen en mi mente son - quizás - el lanzamiento del algún libro, en alguna lectura, en algún evento cultural. No podría asegurarlo.
Quizás, es más correcto señalar que, nos conocimos a partir de esas tardes en las cuales compartíamos el pasar del verano en una plaza, junto al ir y venir de las personas. En esas tardes, ¿éramos otras personas, o parecidas? Te recuerdo muy seria, muy amable, muy atenta. Pero, también recuerdo que llegabas con tu bicicleta, y con revistas y fanzines. Y que siempre tenías un dato para quien lo necesitara, o un consejo, o un contacto que pudiera ayudar, resolver alguna situación, etc. Durante esa época, yo también era reservada contigo, tal vez para no incomodarte, y aquello me importaba - y no siempre me importa, en la generalidad - porque intuía en ti, cierta fragilidad detrás tus modos, de tus frases, de tus acciones. Y cuando digo esto, no quiero decir que no seas fuerte, porque lo eres, sino que justamente, esa estima, ese cariño, provoca que uno sea más cuidadosa cuando percibe cierta fragilidad, o sensibilidad del otro (a) en su relación con el mundo.
Ha pasado mucho tiempo desde esa época ¿no?
Cuando te vi, me dio mucha alegría, muchísima. A veces las personas nos sujetan a lugares, sensaciones, impresiones, como dices. Cuando te volví a ver, fue volver a esas tardes, fue volver a esa parte de mí. A las conversaciones sobre todo y nada. Extraño siempre el sol, siempre el sol de estas ciudades. ¿Alguien puede entender lo que significó compartir esas tardes, conversaciones, planes, datos, en una ciudad de provincia?
A medida que pasa el tiempo, admiro más, muchísimo más a las mujeres que siguen su camino - incluso con lo amargo que puede ser, y con lo solitario, que muchas veces es - y me parece tan claro, que quiero estar cerca de ellas, porque me parecen maravillosas.
Esta noche, puede ser una noche horrorosa. Sin embargo, en estos momentos tan extraños, mantener estos vínculos, es mantener la calma en la mitad de la tormenta.
(Y, sé que te gustan las cartas, este es mi pequeño homenaje. Por la carta que en la otra ciudad, no te escribí.)
11.06.2020
Inédito.
creo que es difícil escucharse a sí mismo lo suficiente
creo que es difícil escucharse a sí mismo lo suficiente
creo que el lenguaje ha advertido esto,
¡cuántas veces lo ha advertido!
en los poemas que dejaste marchar– en los poemas que no quisiste oír,
o ser - aquellas maniobras despiadadas que has usado tantas veces
al gestionar de modo óptimo tus fortalezas,
y todo proviene de ahí – una joya que abandona su belleza
y se pierde en los ojos del mundo,
un tejido invisible que nos oculta de los ojos de todos
como un hilo dorado que cubre la carne, herida, mancillada
como un hilo dorado que en vez de sangre conduce agua, nieve,
o dorados filamentos,
oír adentro – muy adentro, el refinado método que hallaste para
herir o situar tu dolor, entre una opacidad y otra,
extinguiendo o mutilando una parte de ti
- yo , que tanto refugio busqué en otros seres incompletos, y aprendí
tu lengua, y la hice mía – y fui testigo de tu belleza –ahogada en rankings
inútiles, pero orgullosa de acuerdo a los patrones de tu padres,
y serviles al modelo neoliberal,
- tú, que no conoces otros dioses –
ni hablaste con ellos en tu infancia; y nadie leyó en tu boca la
historia de Francesca, y sin embargo, huiste y fuiste jaula
de ti mismo – y escogiste hierro de la más alta calidad,
y ahora, que los tejidos de tus músculos intuyen la catástrofe
y abren caminos a nuevas formas de afecto,
como escuálidas ramas resistiendo el inhóspito vendaval,
ahí estás sólo – en la más bella de las fiestas-
a veces observo a los pájaros
graznar, escupir inquietos,
notas dulces y amargas al vacío
la diferencia entre un sonido
y otro es tenue, un tabú casi imperceptible,
- dale espacio a la herida, a la grieta, a lo incierto
y ser el canto de los pájaros,
en tu noche más oscura.
Leonor Olmos.
6.20.2020
5.14.2020
Reseña en la revista 2 + de "Cardador".
https://issuu.com/revista2mas/docs/revista2mas
5.10.2020
En Médula.
http://www.ivoox.com/50893514
6.02.2019
En Pesapalabra!
11.11.2018
Reseña.
3.03.2018
En high & dray.
2.13.2018
1.31.2018
12.25.2017
Los raros (en el sentido “dariano”).
Motivados por esta experiencia nos decidimos por remasterizarla. En el presente, víctima de la sobreinformación, ¿es posible detectar aún algunos personajes de esta privilegiada estirpe? Nosotros lo intentamos ( Transtierros, Maurizio Medo)
7.31.2017
6.05.2017
4.16.2017
10.17.2016
Un ciclo se cierra.
10.09.2016
9.02.2016
En Jámpster.
https://jampster.cl/2016/09/01/leonor-olmos-tres-poemas/